En los últimos tiempos, la historia de Malala, la joven pakistaní que ha luchado con grave riesgo para su vida por el derecho a la educación de las niñas de su país, ha dado la vuelta al mundo a traves de la prensa y, sobre todo, de las redes sociales. Y es que aunque parezca mentira, EL DERECHO A LA EDUCACIÓN, UN
DERECHO UNIVERSAL, NO SE RESPETA AUN, EN TODOS LOS LUGARES, Y MENOS AÚN Y FUNDAMENTALMENTE EN
LO QUE A LAS NIÑAS SE REFIERE.
Por eso escogimos para abrir nuestro periódico mural, en lo que se refiere al apartado de derechos, precisamente la historia de Malala.
Malala ha dedicado su infancia a defender el
derecho a estudiar de niñas como ella en Pakistán. Ahora yace en una cama de hospital, víctima
de las balas de un francotirador talibán.
En algunas zonas de Pakistán ya se ha iniciado un exitoso programa que
subsidia a las familias que envían a sus hijas al colegio con regularidad. Pero en la provincia
de Malala el gobierno permanece
de brazos cruzados. Algunos políticos influyentes se han comprometido a
ayudarla, y mientras, desde una plataforma virtual, se ha iniciado una campaña
para alzar nuestras voces antes de que se extinga el eco mediático, en la
seguridad de que si actuamos juntos
ahora, podemos obligar al Estado a expandir estas ayudas a todo el país. La
idea es pedir al gobierno que garantice fondos para ayudar a que todas las
niñas de Pakistán asistan a la escuela. En pocos días, la ONU mandará a un
enviado especial de educación para reunirse con el presidente Zardari y él
ha dicho que presentar el apoyo de un millón de firmas mejorará su capacidad de
negociar.
Malala capturó la atención mundial sobre el reino del terror Talibán en el
Noroeste de Pakistán escribiendo
un blog para la BBC. En sus entradas, evidencia las consecuencias más
devastadoras que ha cosechado el extremismo talibán, que incluyen la destrucción sistemática de cientos
de colegios para niñas y la violencia e intimidación contra miles de familias.
La Constitución de Pakistán establece que niñas
y niños deben ser educados por igual y el gobierno cuenta con recursos para
lograrlo. Pero durante años, los políticos han ignorado este mandato,
influenciados por grupos religiosos extremistas. A pesar de que incontables
estudios han mostrado los beneficios económicos para las personas y los países
que invierten en la educación de la niñez, hoy en día solo un 29% de las niñas asisten a
la escuela secundaria en ese
país.
Una ola de presión internacional puede obligar a Pakistán a atender la educación de
las niñas. Buscando “Malala”
en internet puedes encontrar la campaña
masiva por la educación de las niñas en su país -- pidiendo recursos, seguridad y lo
que es aún más importante, la voluntad para combatir a los extremistas que
están destruyendo a Pakistán, - y unirte
a ella.
Esta valiente y joven activista ha demostrado al
mundo cómo una sola niña es capaz de encarar a extremistas armados y
peligrosos. Y su esperanza y determinación merece que nos unamos a ella en esta
lucha.
PARA CONOCER MÁS:
La historia de MALALA es una de las que más ha trascendido a la opinión pública, pero no hay que olvidar que hay otros muchos niños y niñas, much@s jóvenes, que cada día están viendo vulnerados sus derechos fundamentales sin que la sociedad poco o nada haga al respecto.
Es hora de abrir los ojos y comenzar a actuar. Y a lo mejor, hay que comenzar echando un vistazo a nuestro entorno más próximo.
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